Ninguna campaña electoral puede justificar un asesinato, una ejecución como de la que fue víctima Juany Maldonado, originaria de Huahuchinango y quien contendía por una diputación federal a través del Partido Verde. 

Con ella también murió en condiciones violentas, Erika Cazares, ambas mujeres dedicadas a la política que contaban con el aprecio de la comunidad. 

No puedo imaginar el dolor de sus padres, hermanos, hijos y amigos por tan artero crimen. 

Lo cierto es que la sociedad ha terminado por descomponerse a tal grado que pareciera, estamos naturalizando la violencia. 

Sin embargo, también pareciera que cuando una tragedia de tales magnitudes ocurre, todos corremos a jugar un papel cíclico e infructuoso. 

Desde las redes condenamos, en los medios de convierte en la nota de 8, los candidatos lucran con el dolor queriendo ser juez y parte, los sectores sociales se pronuncian, la iglesia lo lamenta, la autoridad promete no impunidad, unos lloran, otros se sacuden. 

Después, todo queda atrás y muy generalmente en el olvido. 

Y eso no debe ser normal en una sociedad que necesita cambiar el rumbo, que necesita reinventarse y entender que debemos pasar al siguiente nivel. 

Las muertes violentas por grupos delincuenciales, los feminicidios, las violaciones, los graves casos de corrupción y todo aquel cancer que agrava la estabilidad social tal parece pasar por nuestros ojos y por nuestra conciencia al amparo de nuestra permisividad. 

Estamos viviendo el proceso electoral más violento en la historia del país y esto nos debe llevar a una reflexión profunda de nuestra participación como sociedad, la cual además de analizar concienzudamente lo que le conviene al país en materia de candidatos a los diversos cargos de selección popular, nos debe empujar a no solo dejar nuestra participación en la urna, sino en la exigencia real y sin simulación dentro de la democracia que cada día podemos construir. 

Ojalá que el caso de Juany y Erika no quede impune y no se busquen chivos expiatorios, sino que nuestras autoridades respondan al reclamo social y verdaderamente velen por el bienestar de una sociedad que hoy se encuentra en el precipicio de la indiferencia. 

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La CTM es un bastión importantísimo para el priismo nacional. 

Sin embargo, el origen de la cultura cetemista tiene entre sus ingredientes la traición y la deslealtad. 

Antes que se fundara en 1936 vivió episodios de discordia entre los fundadores de la CROM y la propia CTM.

En el PRI existen tres centrales (obrero, campesino y popular ) que forman parte de su estructura que en otro tiempo le garantizaba los votos necesarios para perpetuarse en el poder. 

Hasta hoy, la CTM sigue siendo la más importante para el tricolor, sin embargo, el caso de Puebla es sui generis.

El liderazgo y lealtad de Leobardo Soto está siendo cuestionado por las demás cúpulas del priísmo, desde la dirigencia, así como de las y los candidatos, quienes ven en la CTM el enemigo en casa. 

Y es que en los últimos días se ha hecho evidente que muchos de los agremiados a esta central obrera están apoyando a Martha Erika Alonso, la principal rival del priísta Enrique Dóger.

Son ya varios los mensajes que le han enviado a Don Carlos Aceves del Olmo, líder nacional cetemista, para informar que el también diputado local Soto Martínez está jugando a doble banda, lo cual no sería la primera ocasión que esto ocurre.

Ya en la administración de Rafael Moreno Valle, Leobardo Soto apoyo abiertamente al panista y se benefició posteriormente con contratos colectivos de trabajo y proyectos como los que se asentaron en San Jose Chiapa, entorno a Ciudad AUDI.

Por supuesto que Leobardo Soto lo ha negado de maner sistemática y hasta ha salido presuroso a justificarse a través de videos y boletines para expresar que su apoyo está con el PRI, pero tan solo en el actual proceso electoral, el líder cetemista local ha hecho evidente su descontento con las decisiones del priismo, antes con la dirigencia de Estefan Chidiac y ahora con la de Javier Casique.

De entrada la lucha con Guillermo Deloya con quien se generó un rompimiento horas antes de su registro por querer imponer e las regidurias de primera posición a su hijo Leobardo y a la líder de los taxistas, aliada especial de la CTM quien terminó por incorporarse al partido Compromiso por Puebla, creado en la era morenovallista.

Las y los candidatos han sentido el abandono y la traición de Leobardo Soto y hay quien incluso asegura que existe información reveladora que puede sustentar el doble juego del líder cetemista, pero que será hasta pasando el 1 de julio cuando se evidenciará dicho desdén. 

Así las cosas en el priismo cada vez más fracturado y dividido de Puebla.

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Los empresarios, aquellos indignados porque los candidatos y candidata al gobierno del estado los dejaron literalmente “plantados”, vuelven a convocarlos en un formato “cómodo” para quienes aspiran a suceder a Tony Gali.

Por cierto que el lunes Martha Erika Alonso, Enrique Doger, Luis Miguel Barbosa y Michel Chaim medirán su capacidad de discernir en el debate que organiza el IEE. 

Puebla es el único estado, de los nueve que celebran elecciones al gobierno del estado, que sólo realizará un solo debate; el resto harán dos y hasta tres. 

Ya veremos de qué cuero salen más correas. 

@AlbertoRuedaE