Incluso antes que arrancara el proceso electoral, ha existido una variable que no ha cambiado: las encuestas que colocan a Andrés Manuel López Obrador en primer lugar. 

Con el paso de los meses y ya en la precampaña, intercampaña y ahora en las campaña, los números de las encuestas se han modificado de manera particular pero no sustancial; quiere decir, a algunos le suman un par de puntos, a otro se los restan, pero al final, se tiene un primer lugar que favorece a AMLO, una segunda posición que invariablemente siempre ha sido para Anaya y un lejano tercer lugar que le corresponde a Meade. 

Promediando, López Obrador se ha ubicado entre 45 y 50 puntos de ventaja, Anaya entre 28 y 32; Meade entre los 15 a 18 puntos y de ahí vinieron los independientes. 

Con los debates y a pesar de quien haya resultado ganador y quien perdedor, la tendencia no sufrió cambios con relación al primero, segundo y tercer lugar 

Sin embargo debemos comprender que la gran medición se dará el 1 de julio y no debemos perder de vista las experiencias que se han vivido en otras latitudes. 

Las casas encuestadores viven una gran crisis de credibilidad a nivel mundial y México no es la excepción. 

Por ejemplo, las encuestas en la última elección de Estados Unidos indicó en periodo de campaña siempre una amplia preferencia a favor de la demócrata Hillary Clinton; el final de la historia todos la conocemos y la padecemos. 

Durante el Brexit de Inglaterra, las encuestas siempre dijeron que él NO sería la respuesta de los británicos. 

En Colombia las encuestas vaticinaban que la gente votaría por el SÍ a los acuerdos de paz con las FARC. 

Una y otra vez, los cálculos fallaron. 

Veremos si en esta elección, las encuestadoras ahora sí le atinan. 

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Tras la llegada de Javier Casique a la dirigencia estatal del PRI en Puebla, los diversos liderazgos han encontrado un puente de interlocución real, primero por ser la mano derecha del candidato a la gubernatura Enrique Dóger y luego, por las buenas relaciones que mantiene con la dirigencia nacional y con gobernadores de otras entidades. 

La primera gestión de Casique fue la semana pasada en la Ciudad de México cuando se reunió con el nuevo Presidente del Comité Ejecutivo Nacional, Rene Juárez Cisneros.

Quien ahí estuvo me cuenta que la solicitud del dirigente poblano fue acelerar la entrega de recursos para cada uno de los candidatos, además de reforzar la estrategia a lo largo y ancho de la entidad para lograr remontar, lo cual requerirá de mayor presencia tanto de Juárez Cisneros, del candidato presidencial José Antonio Meade, así como de fuertes liderazgos nacionales. 

Pero lo que se acordó es que por ningún motivo se simule el apoyo, tal como sucedió por mucho tiempo con ex dirigente Enrique Ochoa, de quien se dice, incluso habría pactado la derrota del priismo poblano antes y ahora. 

Así, Rene Juárez a nivel nacional y Javier Casique en lo local, buscan imprimirle su propio sello a sus dirigencias para reunificar al PRI y hacerlo competitivo en este proceso electoral.

"Ojalá no sea demasiado tarde", opinan los tricolores. 

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En Morena se ha logrado identificar un comportamiento sorprendente por parte de la gran mayoría de sus candidatos, especialmente a presidentes municipales, así como al diputados locales y federales. 

Resulta que simplemente no están haciendo campaña porque están seguros que no lo necesitan.

Eso sí, se mantienen muy atentos a lo que diga o haga su candidato presidencial Andrés Manuel López Obrador, pues consideran que mientras él se mantenga como puntero en las encuestas, las y los candidatos morenitas se verán beneficiados por estar trepados en la ola lopezobradorista. 

Por supuesto que lo que no dejan de hacer es rezar para que Andrés Manuel no cometa un error tan grave que lo haga caer estrepitosamente. 

Su preocupación estaba enfocada en los debates, pero como nos hemos podido dar cuenta, ni en el primero ni en el segundo los números cambiaron radicalmente. 

De tal forma que estas candidatas y candidatos son poco conocidos por sus comunidades pues no caminan, no saludan, no se reúnen, no operan y aun así, sus posibilidades de triunfo son altas. 

El riesgo es que seguramente, quienes estarán gobernando o legislando, serán completos desconocidos, debido que la tendencia es que el voto en cascada será el común denominador. 

@AlbertoRuedaE