El Congreso del estado se convirtió en ring de box.
Definitivamente José Juan Espinosa ha perdido la cabeza.
Una cosa es defender una ideología, supuestos abusos gubernamentales, una esquizofrenia reiterada, y otra, perder la cabeza y liarse a golpes.
En el seno de la Junta de Gobierno, donde se reúnen todos los coordinadores legislativos de los diversos grupos parlamentarios, el presidente de la Mesa Directiva terminó por lanzársele a los golpes al diputado Carlos Alberto Morales de Movimiento Ciudadano.
No es la primera vez que el ex edil de San Pedro Cholula se ve envuelto en un escándalo; sin embargo, éste sobrepasó los limites al tratarse de un legislador local que representa al pueblo y dirige la Mesa Directiva.
Lo grave surge también cuando hoy en día vivimos en un país marcado por la violencia y los representantes populares deben ser responsables de no promoverla, porque pareciera que el mensaje que se da con este tipo de episodios bochornosos es que las diferencias se pueden resolver con agresiones y eso es preocupante.
No me puedo imaginar la difícil situación que José Juan Espinosa pueda estar viviendo desde el entorno personal, familiar o profesional como para que su forma de reaccionar sea a través de los golpes, de la violencia.
Una persona con poder y este tipo de arrebatos se convierte en una bomba de tiempo; uno nunca sabrá lo que es capaz de hacer o mandar a hacer.
¿Se veía venir? Puedo decir que sí. Es consecuencia del ambiente hostil que se ha generado al interior del Congreso; sin embargo, los golpes nunca son la solución.
En los últimos días se le vio incitando a manifestarse contra la Línea 3 de la RUTA, un tema que él puede defender desde la máxima tribuna del estado y no desquiciando el tránsito vehicular en la cuarta ciudad más importante del estado.
Su obsesión ha alcanzado la locura.
Como ciudadano me preocupa que Espinoza Torres haga del Legislativo su juguete personal y a capricho, con el inexplicable aval de los neoizquierdistas de Morena, cancele sin más, de forma unilateral, la sesión que estaba programada para realizarse este miércoles.
Es también lamentable la posición que está jugando Gabriel Biestro al no lograr ser un puente de interlocución ni de sensatez, y más bien parezca el guardaespaldas del JJ.
Porque con el tiempo se ha reafirmado que Biestro no es el líder del Congreso, ya que Espinosa Torres se apropió también de su conciencia.
Me parece que José Juan Espinosa Torres enloqueció.