Todo parece indicar que la energía que militantes del PAN guardaron en el último sexenio, con el que algunos llaman su destierro, la emplearán para "lo que viene" como dijo Fernando Manzanilla, en su pasado encuentro con Humberto Aguilar Coronado.
Dicen muchos que la elección de este año, y particularmente la del Estado de México, serán el mejor espejo de lo que ocurrirá en la elección presidencial del 2018.
Y por esa razón algunos guardan mesura para mover sus cartas, pero otros ya van con todo para lograr en el estado de México los resultados que se buscará repetir en entidades como Puebla.
Mientras enfrenta el proceso de revisión de su cuenta pública 2013, Eduardo Rivera Pérez ya está listo para acomodar escenarios de Puebla en el 2018 pues ha sido incluido en el equipo de Vázquez Mota.
La apuesta es unir esfuerzos en la estructura panista primero para la selección del candidato presidencial, donde se mantienen Ricardo Anaya, Margarita Zavala y Rafael Moreno Valle como aspirantes, y luego para la elección del 2018.
Para evitar que esta ala del PAN cobrara fuerza hay que destacar que consejeros de Puebla como Jesús Giles Carmona y Genoveva Huerta, votaron en contra de que Vázquez Mota fuera la candidata del PAN en el Estado de México donde, por cierto, Morena mantiene gran posicionamiento.
Y mientras avanza la elección del 2017, se mantendrá la guardia en Puebla. En la semana que concluyó se vio reunido a Rivera Pérez con Humberto Aguilar Coronado, con Juan Carlos Mondragón y con Alejandro Armenta Mier y seguramente seguirán los encuentros.
Al parecer siempre estuvieron equivocados los empresarios de la Cámara del Vestido sobre el convenio que firmaron con el Gobierno de Puebla para la confección de uniformes escolares.
Sólo que en esa ocasión sí les jalaron las orjeas a tiempo y tuvieron que recular de inmediato. Incluso llamaron a una rueda a prensa para decirle a los reporteros que se habían equivocado al difundir la información.
Pero como esta vez ya no hay quien los ponga en orden, no aparecen por ningún lado para explicar qué los llevó a gastar tela de más haciendo prendas tan grandes para niños tan chiquitos.
Algo no cuadra. O los papás no conocen a sus hijos y por eso dijeron "haaa de ser como tallaaa 34 o 40" al momento de llenar los formularios que se entregaron a la SEP donde por cierto, los directivos atendían el proceso de transición a pesar de que no habría cambios en esa dependencia o quizá los talleres de las textileras beneficiadas con el convenio son tan sofisticados que emplean robots en lugar de costureras que les advirtieran que los uniformes estaban quedando muy grandes.
Ahora será el próximo presidente del organismo, Daniel Dávila Romero, quien tenga que explicar qué pasó ahí porque Gustavo Bojalil, ya se va. Está por concluir su presidencia en el organismo empresarial.
