No había confirmación oficial, pero nadie podía ser ajeno al deterioro de la salud de Freddie Mercury: en sus últimas apariciones en público junto a Queen, el artista se veía notablemente afectado por el avance del sida y causaba enorme preocupación en sus fans.
Fiel a su estilo, sin embargo, decidió continuar trabajando y manteniendo su privacidad alejada de los medios.
Hubo dos videoclips del disco Innuendo, el último que se editó en vida del legendario frontman, que expusieron su lucha contra la enfermedad: "I'm going slightly mad" y "These are the days of our lives" lo muestran disfrutando de la música y de su arte performático a pesar de los declives de su físico. Estaba extremadamente delgado y su mirada denotaba sufrimiento.
Hay una canción que habla de esa batalla: "Adentro mi corazón se está quebrando, mi maquillaje puede estarse descamando pero mi sonrisa sigue adelante", dice "The show must go on". Así, con una sonrisa, se despedía Freddie, tal como pueden dar testimonio las últimas imágenes que le sacaron. Son fotos que dio a conocer su última pareja, Jim Hutton en su libro Freddie y yo (Freddie and me), en el que recorre su vida junto al ídolo, en el jardín de su mansión en Kensington, Londres, llamada Garden Lodge. Freddie adoraba su casa, y se la dejó en herencia al amor de su vida, Mary Austin. En las imágenes se lo puede ver entre las flores, sonriendo, sin perder nunca el estilo, con un pantalón pinzado a la cintura y una camisa de estampado selvático.
Freddie Mercury, quien este 5 de septiembre cumpliría 73 años, anunció al mundo que padecía de sida un día antes de su muerte, ocurrida el 24 de noviembre de 1991.