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Una radiografía de la realidad mexicana: desigualdad e inestabilidad

Una radiografía de la realidad mexicana: desigualdad e inestabilidadEspecial

México es una región particular debido a las disonancias que coexisten en su extensión territorial. Por un lado, el sur del país es mundialmente conocido por sus bellos destinos turísticos y la hospitalidad de su gente, pero es una de las regiones con más pobreza, marginación y desigualdad social.

El norte, por otro lado, es reconocido por los grandes avances tecnológicos e industriales, además de su conveniente cercanía con el principal socio comercial de México, Estados Unidos. Sin embargo, las brechas de desigualdad son profundas, y las ganancias económicas quedan eclipsadas por los altos índices de violencia.

Este contexto fue ideal para que el Dr. Enrique Cárdenas Sánchez, en conjunto con la organización Signos Vitales, llevara a cabo un diagnóstico regional para ver con mayor claridad los claroscuros de un país tan contrastante y diverso como México. Además, este diagnóstico también tiene la intención de colocar puntos de alerta en el país, pues para el economista, “es como tomar los signos vitales de la región”.

“Lo que busca este estudio es recolectar información que sea fidedigna e independiente sobre algunas de las variables clave que pudieran mostrar cómo están estas dos regiones en México, y al mismo tiempo, buscamos alertar sobre algunos problemas inminentes que se pueden presentar”: Dr. Enrique Cárdenas.

Entre los resultados positivos, la zona centro-norte se caracteriza por tener un gran desempeño en términos democráticos gracias a su ciudadanía participativa; tiene los menores índices de pobreza del país en comparación con la zona metropolitana y el sur, y destaca, junto con la zona metropolitana, por ser la región con más innovación tecnológica y desarrollo industrial.

Su aporte a la economía del país es la más alta con el 58.8%, por lo que el Dr. Cárdenas estimó que en siete años más, el centro-norte duplicará la aportación económica de la región sur, que es del 26.4%. A esto se suman los beneficios comerciales de ser una zona fronteriza, pues, a pesar de que existe un déficit de inversión extranjera, el norte es la segunda región con mayor inversión directa, con 6,289.3 dólares per cápita.

La zona sur, en cambio, destaca por ser la región con menor incidencia delictiva en comparación con el norte y el área metropolitana, con un índice del 22.3%. Cuenta con los tres estados mejor calificados en el índice de Estado de derecho de World Justice Porject, que son Yucatán, Campeche e Hidalgo, y, además, su diversidad biológica y natural es invaluable para la preservación de México.

Las selvas húmedas de la región conservan la flora y fauna más representativa de México, además de que son el mayor atractivo turístico de la zona que también genera una derrama económica importante. Aun así, la empleabilidad en el sur va más hacia áreas de gobierno, educación o salud, que contrasta con la fuerza manufacturera del norte.

Estos aspectos positivos palidecen cuando se encuentran con otros aspectos de la realidad a la que se enfrentan las regiones. El norte, por ejemplo, tiene el índice más alto de incidencia delictiva (48.2%), y la militarización es una problemática latente, pues tienen la mayor presencia de fuerzas armadas en las calles. A esto se suma el grave estrés hídrico al que se enfrenta la ciudadanía.

La pobreza y la desigualdad social son las problemáticas más profundas para la zona sur del país, pues concentra un índice de pobreza del 54.4%, el más alto del país. Los accesos a la salud y al bienestar integral también escasean, pues tienen el rango de inseguridad alimentaria más severa con un 27.6%; además, el 76% de la población no cuenta con seguridad social, y el 48.7% no tiene derecho a la salud.

Ante esto, el Dr. Enrique Cárdenas ve una urgencia para el Estado mexicano, específicamente en la zona sur del país, siendo que las cifras demuestran el rezago de la región que se ha visto prácticamente abandonada por la inversión y el desarrollo. En la zona norte, en cambio, se necesita un plan de seguridad que no ponga en riesgo la seguridad de los habitantes.

“Si bien creo que la brecha entre las regiones no va a bajar, sí mando el mensaje de que tenemos que redirigir los esfuerzos hacia el sur. Lamentablemente, los medios no han sido los más apropiados y desgraciadamente se han desaprovechado algunas cosas que tienen de mucho potencial en el sur”, concluyó el académico.

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