El Papa Francisco, líder de la Iglesia Católica desde 2013, falleció este 21 de abril a los 88 años en la residencia papal del Vaticano. La Santa Sede confirmó la noticia a través de un comunicado oficial en el que señaló que el pontífice murió “en paz, acompañado de sus más cercanos colaboradores y tras recibir los últimos sacramentos”.
Francisco, cuyo nombre de nacimiento era Jorge Mario Bergoglio, fue el primer papa latinoamericano y el primero jesuita en ocupar el trono de San Pedro. Su pontificado estuvo marcado por una fuerte apuesta por la humildad, la reforma de la Curia Romana y la defensa de los más pobres.
Su última aparición pública
La última aparición pública del Santo Padre tuvo lugar el pasado domingo, durante el rezo del Ángelus desde la ventana del Palacio Apostólico. Aunque visiblemente debilitado por los problemas de salud que lo aquejaban en los últimos meses, el Papa pronunció unas breves palabras de aliento a los fieles y pidió oraciones por la paz mundial.
Detalles del funeral
El cuerpo del Papa Francisco será expuesto en la Basílica de San Pedro durante tres días, a partir del miércoles 23 de abril, para que los fieles puedan rendirle homenaje. El funeral oficial se celebrará el sábado 26 de abril a las 10:00 a.m. hora local, en una ceremonia presidida por el decano del Colegio Cardenalicio, tal como dictan las normas para el fallecimiento de un papa reinante.
Se espera la asistencia de miles de fieles, así como delegaciones oficiales de gobiernos y líderes religiosos de todo el mundo. El Papa será sepultado en las grutas vaticanas, donde descansan otros pontífices.
El proceso para elegir a su sucesor
Conforme a la constitución apostólica Universi Dominici Gregis, tras el fallecimiento del papa se convoca un cónclave para elegir a su sucesor. Este comenzará entre 15 y 20 días después del fallecimiento, lo que sitúa su inicio entre el 6 y el 11 de mayo.
El cónclave reunirá a los cardenales electores menores de 80 años —actualmente 123— quienes permanecerán aislados en la Casa de Santa Marta durante el proceso de votación. Se requiere una mayoría de dos tercios para elegir al nuevo pontífice. Hasta entonces, la Iglesia será dirigida por el camarlengo, quien se encarga de la administración del Vaticano durante la sede vacante.