Cada 28 de agosto celebramos a los abuelos, esos pilares de amor y sabiduría en nuestras familias. Pero en muchos hogares, esta fecha también nos invita a mirar a quienes han crecido a nuestro lado ladrando o ronroneando: nuestros perros y gatos que han llegado a su etapa senior. Al igual que los humanos, ellos también necesitan cuidados especiales para envejecer con salud y energía, por lo que la ciencia veterinaria hoy nos recuerda que la clave de esa vitalidad puede encontrarse en el intestino.
El intestino de perros y gatos alberga billones de microorganismos –bacterias, hongos y virus– que conforman la microbiota. Para dimensionar su importancia, basta recordar que en el ser humano se calcula que habitan cien trillones de microorganismos con más de once millones de genes, la mayoría en el tracto gastrointestinal, lo que convierte a la microbiota en uno de los ecosistemas más complejos y determinantes para la salud.1
En los perros, también esta comunidad de microorganismos es especialmente diversa. Tan solo el intestino delgado puede albergar más de 200 tipos distintos de bacterias, mientras que en el colon esa cifra se multiplica hasta alcanzar miles de especies que trabajan en conjunto para mantenerlos sanos.2
Este ecosistema regula procesos esenciales como la digestión de nutrientes, la producción de vitaminas, la protección contra patógenos y el correcto funcionamiento del sistema inmune. Se estima que alrededor del 70% de las defensas del organismo se generan en el intestino de nuestras mascotas, lo que lo convierte en un guardián silencioso de la salud.3
Sin embargo, con el paso de los años, este equilibrio se altera. En perros mayores de 7 años se ha observado una reducción en la diversidad bacteriana y en la producción de ácidos grasos de cadena corta (SCFAs) como el butirato, el propionato y el acetato. “Estos compuestos son antiinflamatorios naturales que fortalecen la barrera intestinal, nutren a las células del colon y ayudan a mantener huesos, músculos y hasta el metabolismo en óptimo estado”, explicó MVZ Alexis Ibarra, especialista en Asuntos Académicos de Hill’s Pet Nutrition.
Un estudio publicado en Frontiers in Veterinary Science realizado en 106 perros de distintas edades encontró que, a partir de los 7 años, se presentan cambios en la abundancia de ciertos grupos bacterianos, así como menores concentraciones de butirato y otros SCFAs.4
“Esto significa que aunque nuestro peludito mayor se vea sano y activo, sus intestinos ya no procesan de la misma forma que los de un adulto joven. Este desequilibrio, conocido como disbiosis, se asocia con inflamación, menor capacidad de absorción de nutrientes y mayor riesgo de enfermedades metabólicas o digestivas y esto puede notarse en signos cotidianos como más cansancio o pelaje opaco”, precisó la médico veterinaria Alexis Ibarra.
Así, la dieta tiene un impacto directo en la composición de la microbiota a través de fibras fermentables y prebióticos que estimulan bacterias benéficas que regulan el metabolismo en perros y gatos de edad avanzada. Ante este reto, Hill’s Pet Nutrition ha reformulado su línea Science Diet con la tecnología ActivBiome+ Multi-Benefit, una mezcla avanzada de fibras prebióticas y antioxidantes clínicamente probados que promueven un microbioma saludable, fortalecen el sistema inmune y protegen los órganos vitales como riñones e hígado, fundamentales en la longevidad de las mascotas.
Hoy sabemos que una dieta formulada para su edad, con fibras prebióticas, antioxidantes y nutrientes clave, además de mejorar la salud intestinal, se traduce en energía, defensas más fuertes y mayor vitalidad. Al igual que con nuestros abuelos humanos, darles bienestar en sus años dorados significa ofrecerles calidad de vida y la posibilidad de seguir siendo parte activa de la familia.
Este 28 de agosto, Día del Abuelo, es la ocasión perfecta para reconocerlos como verdaderos miembros de la familia y esto implica cuidar su salud con la misma dedicación con la que celebramos a nuestros mayores.