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miércoles, diciembre 17, 2025
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Sensores inteligentes: la clave invisible detrás de la eficiencia energética y el bienestar en los espacios modernos

En entornos críticos como laboratorios, salas de control o instalaciones industriales, la precisión del ambiente interior no es un lujo, sino una condición esencial para la seguridad, la productividad y la eficiencia energética. Los sensores de pared desempeñan un papel fundamental en este equilibrio, ya que monitorean en tiempo real variables como temperatura, humedad y concentración de CO₂, permitiendo a los sistemas HVAC (calefacción, ventilación y aire acondicionado) ajustar automáticamente el flujo de aire y la climatización según las necesidades del espacio.

Gracias a esta retroalimentación continua, se evita la ventilación excesiva o el enfriamiento innecesario, reduciendo significativamente el consumo energético y los costos operativos. Además, mantener un aire interior estable y limpio contribuye a la salud y bienestar de las personas, así como a la protección de equipos y procesos sensibles que dependen de condiciones ambientales controladas.

“La forma en que se instalan los sensores puede ser tan importante como la calidad del propio equipo”, señala Daniel Jiménez, gerente de Ventas de Vaisala México, empresa referente global en mediciones ambientales y soluciones industriales. Los sensores de ambiente, explica, permiten que los sistemas HVAC respondan con precisión a los cambios de temperatura, humedad y dióxido de carbono (CO₂), garantizando confort térmico, aire limpio y ahorro energético. Sin embargo, una instalación inadecuada -por ejemplo, cerca de fuentes de calor, bajo luz solar directa o a alturas incorrectas- puede generar lecturas erróneas que afectan la eficiencia operativa y la salud de los ocupantes”.

Vaisala ofrece líneas especializadas como la serie GMW90, para medición de CO₂, temperatura y humedad, y la serie HMW90, enfocada en temperatura y humedad. Estos sensores cuentan con certificados de calibración y un diseño orientado a una instalación y mantenimiento sencillos, lo que facilita su integración en sistemas HVAC de alto rendimiento.

Entre las buenas prácticas, Jiménez recomienda instalar los sensores a 1.5 metros del suelo, altura equivalente al nivel de respiración, y garantizar la libre circulación del aire alrededor del dispositivo. También sugiere sellar los pasos de cableado en ambientes presurizados y evitar superficies o materiales que alteren las mediciones.

“La instalación correcta de los sensores no es solo un detalle técnico, sino un factor estratégico para la eficiencia energética. Ambientes controlados con precisión contribuyen al bienestar de las personas, reducen costos operativos y fortalecen el compromiso con la sostenibilidad. En resumen, los sensores de pared son el “corazón invisible” de la eficiencia energética moderna, garantizando que cada metro cúbico de aire se utilice de forma inteligente, sostenible y segura”, concluye Jiménez.

Arroba Noticias
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Redacción Arroba Noticias
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