Cuando el tiempo pasa y la vejez alcanza a las personas, es más evidente el trato y cuidados que tuvieron durante su juventud.
En el caso de los hombres, la grasa suele aumentar, sobre todo en la zona abdominal; hay pérdida de fuerza, masa muscular, densidad ósea y agua corporal, además de afectaciones considerables en el equilibrio y una disminución considerable de las funciones corporales.
Lo anterior, aunado a una mala alimentación y malos hábitos, puede aumentar el riesgo de padecer enfermedades crónicas.
Un estudio realizado a más de 5,200 hombres adultos en Holanda demostró que aquellos sujetos que mantuvieron prácticas saludables por al menos cinco años redujeron en un 57% su posibilidad de adquirir enfermedades cardiovasculares.
Por cada buen hábito perdido, el riesgo de adquirir condiciones crónicas y mortales aumentó un 33%.
¿A qué hábitos se refiere este estudio? La Lic. Angélica Rojas Malpica, asistente ejecutiva de la Clínica de Nutrición IBERO Puebla, y Andrés Salgado Arjona, estudiante de la Licenciatura en Nutrición y Ciencias de los Alimentos, los enlistan: tener una dieta balanceada, actividad física, y disminuir o evitar el consumo de alcohol o el tabaquismo.
Ambos explican que la dieta ideal debe ser rica en frutas, verduras, leguminosas, cereales y grasas saludables, disminuyendo alimentos con altos contenidos de grasas animales como embutidos, carnes frías, queso amarillo o chicharrón.
En este caso, los lácteos no deben disminuir, pues pueden incentivar la descalcificación; es mejor optar por versiones reducidas en grasa y no exceder tres porciones diarias.
Por supuesto, también es esencial mantenerse plenamente hidratados con agua y otras bebidas naturales. Por el contrario, se recomienda moderar o eliminar la ingesta de alcohol, refresco, jugos con altos contenidos de azúcar y otros alimentos y bebidas ultraprocesados que, con su consumo habitual, pueden disminuir la posibilidad de alcanzar un bienestar integral en cualquier etapa de la vida.
Como última recomendación, los expertos exhortan a mantenerse activos al menos 30 minutos al día. Con tan solo caminar un momento, hacer algunas sentadillas cada par de horas o jugar con las y los más pequeños del hogar, es posible mantener el cuerpo en movimiento y procurar también la estabilidad emocional.
Escucha las recomendaciones de la Clínica de Nutrición IBERO Puebla.