Por: María Tenahua
Las calles del Centro Histórico, fueron abarrotadas por más de 180 mil personas, para vivir una de las actividades religiosas más importantes de los católicos, por ello, los rayos del sol o sentarse en la banqueta no fueron una limitante para vivir por varias horas momentos de fe y devoción que provoca la Procesión de Viernes Santo en su edición XXXIII.
Con las imágenes de Señor de las Maravillas, Jesús Nazareno, Virgen de Colores, Virgen de la Soledad, Jesús de las Tres Caídas, Jesús de la Misericordia, y Santo Niño Doctor de los Enfermos, el arzobispo de Puebla, Víctor Sánchez Espinoza encabezó esta actividad religiosa en un vehículo eléctrico, debido a que hace un año fue intervenido de la rodilla.
Algunas calles fueron adornadas con alfombra para que pasaran las imágenes, las cuales las del Señor de Maravillas y el Niño Doctor de los Enfermos, fueron más ovacionadas.
En la primera reflexión, en el atrio de Catedral, el Arzobispo de Puebla señaló que es momento de reflexionar y de perdonar.
En el atrio de la Catedral destacó participaron las siete imágenes que son las más queridas por los poblanos, así como por files católicos de otras entidades.
Fue antes de la 14:00 horas, cuando se emitió la segunda reflexión en el Paseo Bravo, el canónigo José Luis Bautista destacó que en el país y el mundo se vive un ambiente de violencia, por ello, pidió por la cambio de la gente.
“Llegamos por nuestros pecados, porque en este 2025 hay mucha violencia, muchos asesinatos, impunidad, el rostro de María en la Soledad en la Virgen de Dolores, en tantas madres buscadoras en este país, donde tu has remidido al país y al mundo entero”, expresó.
Al terminar la Procesión el arzobispo agradeció a los del comité organizador, encabezado por integrantes de la Universidad Popular Autónoma del Estado de Puebla (UPAEP) por una edición más.