Cuando pensamos en blindaje corporal, nos viene a la mente el chaleco antibalas de algún policía o fuerza armada. La realidad es que el panorama es mucho más amplio. Empezando por la ropa, hasta espinilleras y guantes, todos son considerados elementales para personas que ven por su seguridad.
La evolución de las prendas de protección comenzó a dar un giro significativo en la década de 1960 con el desarrollo de fibras sintéticas, que mejoraron tanto la resistencia como la durabilidad de los materiales utilizados en ropa de seguridad. Actualmente, existen tres niveles básicos de materiales para el blindaje corporal que incluyen una parte delantera y trasera. Su principal elemento es la aramida o híbridos de aramida con polietileno. Además, los niveles NIJ III y NIJ IV, se diferencian por el uso de placas de polietileno de ultra peso molecular y de cerámica balística con respaldo de aramida o polietileno, respectivamente.
“La efectividad de este tipo de materiales es altamente efectiva al momento de distorsionar la velocidad de proyectiles y distribuir la energía del impacto, reduciendo su letalidad”, agregó John Valbuena, Presidente de la Comisión de Blindaje Corporal del Consejo Nacional de la Industria Balística (CNB).
Durante los últimos años, la adquisición de prendas de blindaje ha ido en aumento, pues en 2022 el índice de compra fue de 15%, en 2023 18% y el último año se mantuvo entre un 18% y 20%, según cifras del CNB.
Si bien parte del éxito de estas prendas se debe a la adaptabilidad y la fácil configuración para cada persona, también ha influido el entorno de inseguridad en el país. De acuerdo con el portal Statista, hasta junio de 2024, el 52,3% de los mexicanos expresó sentir temor al transitar las calles que usa habitualmente.
El Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), por otro lado, menciona que 43.1% de la población de 18 años y más ha cambiado sus hábitos al portar cosas de valor, como joyas, dinero o tarjetas de crédito, por temor a sufrir algún delito.
“El compromiso del CNB es fomentar la cultura del blindaje en los mexicanos. Si bien las instituciones públicas y empresas privadas dedicadas a la seguridad cuentan con estrategias desarrolladas para la integridad de sus colaboradores, el compromiso ha trascendido hasta ciudadanos en busca de protección personal o familiar. Incluso, existen prendas de uso cotidiano adaptables como chamarras, chalecos, camisetas, portafolios, mochilas o prendas de mascota”, mencionó Ignacio Baca Torres, delegado de la Comisión de Blindaje Corporal del Consejo Nacional de la Industria Balística (CNB).
El acceso a vestimenta blindada en México es posible gracias a la regulación del mercado por instituciones que cuidan el uso de materiales auténticos y procesos rigurosos. Sin embargo, existe un área de oportunidad por mejorar el marco legal que abarque todos los aspectos del blindaje, con el fin de regular a empresas fraudulentas o que operan bajo la ilegalidad.
El CNB es un órgano que agrupa a empresas que cumplen con todas las certificaciones requeridas. El Consejo Nacional de la Industria de la Balística, realiza esfuerzos para que las personas interesadas se acerquen a empresas de blindaje de confianza y obtengan un mayor conocimiento de blindaje corporal, así como para una inversión adecuada, la cual, comienza por los $400 USD más IVA en adelante y varía según la configuración y talla.
“Una de las principales preocupaciones de quienes acuden a las empresas asociadas al CNB para adquirir o conocer sobre blindaje corporal es pasar desapercibidos y evitar ser identificados por el uso evidente de una prenda blindada. Ante ello, nuestra labor como órgano representativo de la Industria del blindaje en México, es garantizar la visibilidad y la seguridad de las diferentes prendas” comentó JohnValbuena.