Elvira García
Durante la misa dominical, el arzobispo de Puebla, Víctor Sánchez Espinosa dejó en claro que la vida es sagrada, y solo Dios dispone de ella, a la par de lamentar que es innegable que una sociedad que aspira a la justicia a la paz y al bien común, renuncien a sus principios morales y humanos.
Destacó que él ha bautizado a muchos hijos de diputados, y ha casado a varios, "pues ahora quiero ver que están a favor de la vida y a favor de la familia. La vida hermanos es sagrada, no es negociable".
Ante decenas de fieles, expuso al señalar que la peor violencia que hay en el mundo es la que la propia madre o quien la induce, ejerce en su propio vientre en el aborto.
Posteriormente, leyó el comunicado qué se presentará en todas las iglesias de la Arquidiócesis de Puebla que señala el rechazo de manera enérgica la despenalización del aborto, al considerarlo como un crimen.
"Ningún crimen es solución. No a la violencia del aborto, digamos sí a la vida y a la paz social".
Dijo que el aborto es una práctica que elimina, en cada caso, una vida plenamente humana, "lo que violenta el derecho fundamental, que es el derecho a la vida, el cual da sentido a los demás derechos humanos, y está por encima incluso del derecho a decidir sobre el propio cuerpo".
Es por ello, que exigieron a las diputadas, diputados y demás autoridades no renunciar a sus principios humanos, morales o cristianos; y evitar manchar sus manos de sangre inocente.