La independiente Margarita Zavala desistió de continuar buscando la presidencia del país. ¿Las razones? Diversas; falta de cumplimiento en los acuerdos, una mejor negociación o hasta simple y llano cansancio físico. Lo que es un hecho es que tanto el PRI como el PAN la han empezado a buscar para sumarla pero lamentablemente, ella con el panismo de Ricardo Anaya no va.
Sus amigos, aliados y hasta ex empleados están con Meade: Javier Lozano o Ernesto Cordero por ejemplo, razón suficiente para inclinarse por la campaña del candidato tricolor.
Sus argumentos como candidata independiente nunca convencieron a los empresarios que la apoyaban y financiaban, sus titubeos en el primer debate y los continuos reclamos a Ricardo Anaya terminaron por desencantar al electorado y al panismo.
Hoy, Margarita Zavala se encuentra en un dilema, apelar a la congruencia o convertirse en la próxima Fox apoyando a un PRI que cada día retrocede en el ánimo de los votantes. Si bien es cierto, los 5 puntos porcentuales que tiene en las preferencias electorales no ayudan a Anaya y mucho menos a Meade, la experiencia que le dejaron los 47 días que estuvo en campaña serían valiosos para influir en cierta medida por uno u otro candidato.
Lo que se esperaría de Margarita no es su apoyo incondicional a Ricardo Anaya o al PAN, sino una nula participación agresiva que divida más el voto favoreciendo a López Obrador.
Veremos el actuar en los próximos días de Margarita Zavala, ojalá no se decida por seguir el camino de Vicente Fox.