A la vista de todo el mundo y en el marco de la inauguración de una exposición fotográfica, un policía de 22 años asesinó al embajador ruso en Ankara, Andrei Karlov.
"¡No se olviden de Alepo, no se olviden de Siria. A menos que nosotros estemos todos seguros, ustedes tampoco sentirán seguridad. ¡Vuelvan, vuelvan! Todos aquellos que compartan esta opresión y tortura pagarán por ello", gritó el policía previo a detonar su arma.
De inmediato, expresó ante los asistentes, que no les haría daño. Lo anterior al reconocer que no dañaría al resto de los asistentes.
Posteriormente fue abatido a balazos por integrantes de la policía turca.