Asimismo, siguieron que las mochilas tengan correas anchas y acojinadas, proporcionales a la talla de los pequeños, para que no les queden holgadas, de forma que al ajustarse a su espalda, queden cinco centímetros arriba de la cintura.
Igualmente, que la carguen con las dos correas para distribuir el peso en ambos hombros, así como evitar que transporten artículos innecesarios. Resaltó que también es conveniente adquirir una mochila con ruedas para trasladarla.
Resaltaron que aunque el niño no manifieste dolores, los daños pueden aparecer años después, haciéndolo propenso a lesiones en la columna, cadera o rodillas, que si no se detectan o tratan a tiempo, pueden tener consecuencias irreversibles.
Recalcaron que es muy importante cuidar las condiciones en las que el escolar carga sus materiales, ya que es común que para compensar el equilibrio con relación al peso de la mochila, el infante se encorve hacia adelante al momento de caminar, situación que puede ocasionar mayor contractura, ya que se está forzando al cuerpo a trabajar de forma incorrecta.